El Wat Umong es un monasterio budista que se encuentra ubicado a las afueras de Chiang Mai, en la mitad de un hermoso bosque frondoso, este lugar cuenta con un centro de meditación que oferta cursos especializados para hombres y mujeres, aunque, una vez adentro, los sexos se separarán, es decir, por un lado las mujeres y por otro, hombres. La estancia mínima es de dos noches, incluye el alojamiento, la alimentación y por supuesto, la meditación, sin embargo, lo recomendable estar ahí varias semanas para alcanzar un nivel zen completo.
En Chiang Mai se puede encontrar una diversidad de monasterios que ofrecen cursos de meditación, llamados también “retiros espirituales”. Si se tiene tiempo y se quiere realmente vivir una buena experiencia conectando con el yo espiritual, se debe ir al Wat Umong, aunque es bueno que se tenga un conocimiento previo, por lo que conviene leer un poco, empaparse de información y en el caso de no saber nada de inglés, se recomienda hacer un curso, ya que las meditaciones guiadas se hacen en este idioma para que los turistas puedan entenderlo con facilidad.
Información básica
Para realizar los cursos, se tiene que contar con ropa blanca que no sea transparente, llevar jabón, cepillo de dientes, toallas y otros artículos personales, además de esto, se debe estar de acuerdo a todo lo que digan y lo más importante de todo: tenerle fe a las prácticas que se van a realizar. Adaptarse al nuevo y austero ambiente es una necesidad que se deberá dominar poco a poco, sin embargo, todo es para bien, ya que no pueden haber elementos distractores.
Los monjes dan por sentado que quienes van allí son personas respetuosas y suficientemente capaces de vivir en un entorno modesto. Lo que se busca aquí no es solo hallar un rato de relajación y comodidad sino dedicarse tanto en alma como en cuerpo a meditar, llegando al estado de plenitud permanente el mayor tiempo posible.
La rutina en este tipo de monasterios es similar en todos los de Tailandia, y consiste en levantarse todas las mañanas muy temprano (4:30 – 5:00 am) practicando la meditación de 5 a 7 de la mañana, luego se ayudará a limpiar, para luego desayunar y tener un pequeño descanso de 8 a 9 am, de 9 a 11 se vuelve a meditar, y luego llega la hora del almuerzo, donde uno se relaja hora y media para luego continuar meditando, luego de otra hora y media de descanso, se cantará y se hablará sobre las enseñanzas budistas, para luego meditar por dos horas más y a las 9 de la noche acostarte, siendo en total son 9 horas de meditación las que se deben cumplir.
Si se viaja a Tailandia, es bueno que se sepa que, en general en toda Asia, la meditación es algo a lo que se le da mucha importancia, mucho más que los países de Occidente; si se pasea por algunos templos del sudeste asiático, se podrá observar a muchos fieles organizándose para llevar a cabo reuniones de meditación guiadas por su fe budista, las cuales les ayuda a centrarse en sí mismos para llegar a niveles de conciencia a la que no todos pueden llegar, al menos que se cuente con la preparación necesaria y prácticas constantes.
La meditación ha sido practicada a lo largo de la historia por varias religiones y culturas desde hace miles de años y muchos beneficios han sido comprobados por la medicina y la ciencia, como por ejemplo que reduce la posibilidad de sufrir problemas de corazón, mejora la respiración, baja los niveles de colesterol, aumenta la resistencia de la piel, frena el proceso de envejecimiento, alivia la ansiedad y mejora la concentración, la creatividad, la felicidad y el bienestar general de las personas.
Al noroeste de Tailandia y muy cerca del parque nacional de Phu Ruea, se encuentra El Retiro del Camino del Medio, en la localidad de Loei. Se trata de una región muy montañosa donde la naturaleza reluce con su máximo esplendor artesano, creando un micromundo de tranquilidad y paz. Hay zonas de senderismo y de relajación, además de increíbles jardines donde poder meditar mientras se escucha la caída de una suave cascada a nuestro alrededor. Un lugar fabuloso donde podemos aprender una práctica budista tibetana que nos permite relajar cuerpo y mente.
Hay también unas pequeñas cabañas donde se pueden pasar unos días, pero eso sí, se separa a los hombres de las mujeres y se sigue unas pautas muy estrictas en cuanto a alimentación y ejercicios. Ahí enseñan a cuidar de uno mismo y a relajarse. Una experiencia que es interesante probar solo unos días, para después, visitar tranquilamente este rincón del mundo tan evocador.